sábado, 31 de marzo de 2007

Libros




Siguiendo con la toponimia, llegamos a uno de los más curiosos y atrayentes: LIBROS. Situado en la provincia de Teruel, junto al cauce del Turia, en el bello y desconocido valle que, entre riscos, olmos, pinos y curvas de carreteras avanza despacio y tímido hacia su levante y su mar. Como dice una de las páginas de internet que hablan un poquito de él, se encuentra a 26 kilómetros de Teruel y a 20 del Club de alterne (el histórico Ámplex). Libros, pequeño y escondido, no tenía ni biblioteca, lo cual es curioso para una localidad con tan bello nombre.

Recuerdo que ya hace un tiempo el programa de TV de La 2 "Todo está en los libros" descubrió el nombre de este pueblo en la geografía nacional y decidió enviar un lote de libros para Libros. Libros para libros, valga la redundancia.

Observo iniciativas en pueblos de Castilla-León con las villas librerías (pequeñas localidades en las que se instalan numerosas librerías de calidad) y sería ideal que en esta localidad olvidada se hiciese lo mismo. O que los escritores se reunieran allí para pasar fines de semana: Un fin de semana con Libros. Habría que proponerlo a la Asociación de Escritores Aragoneses. Tengo pendiente un artículo para la revista MI BIBLIOTECA. Espero no acostumbrarme al ritmo del Turia y hacerlo cuanto antes. No se pierdan la visita, merece la pena.

Algunas de las cosas que hay que ver: La Peña del Cid (también ésta es tierra del Cid), la Iglesia de San Juan Bautista, el merendero (con su piscina y chiringuito, del que hay que disfrutar de sus comidas), la ermita del Pilar, el olmo de la fuente, el puente colgante, los sauces junto al río... Eso sí, con mucho cuidado al pasear por allí porque pasa la carretera nacional y no hay espacio para las aceras. O te metes en un portal o acabas en el río.

Su castillo fue concedido en 1187 por Alfonso II a la orden de Montegaudio, conocida también con el nombre del Santo Redentor. Años más tarde, junto a otros castillos como el de Alfambra y Castellote, pasaron a manos de la Orden del Temple. Finalmente fue cedido a una dependencia sanjuanista, en 1307, tras perder una batalla entre Jaime II y los templarios aragoneses.

Un poco más lejos de Libros se encuentra el antiguo barrio de las minas de azufre (el azufre demoniaco y los libros, siempre unidos). Destaca la iglesia dentro de la misma roca y algunas viviendas de los antiguos mineros. Es en esta zona donde se han encontrado los famosos fósiles de ranas que también han puesto en el mapa internacional (aunque sea científico) a Libros.

La ironía turolense se ve en el nombre de alguno de sus caminos. A uno de ellos, muy utilizado por la tercera edad para andar y pasear, le llaman el "Camino del Colesterol".

2 comentarios:

  1. Que nombre más bonito para un pueblo...
    Todo, todo, todo está en los LIBROS, ¿o en Libros?, jejeje...

    Las librerias buenas se extinguen...
    ya no soy tan fetichista del libro como antes, pero como tipógrafo que he sido (y sigo siendo) me parece de los objetos más preciosos que existir pudieran.

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  2. Cuánto tiempo!!
    Un abracico de Rafa!

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