jueves, 18 de febrero de 2010

Con las sectas hemos topado...


De nuevo las sectas sacan su visceral oposición a la libertad de pensamiento y obra y condenan una en concreto de Eugenio Merino (n. 1975), llamada "Starway to Heaven". En concreto, la Embajada de Israel en España, y la Federación de Comunidades Judías de España (y eso que el judío aparece en la cima de la escultura...) han dicho que: ""valores como la libertad de expresión o la libertad artística sirven en ocasiones de simple disfraz de prejuicios, de estereotipos o de la mera provocación por la provocación. Un mensaje ofensivo no deja de ser hiriente por pretender ser una obra artística". Y añaden: ""Provocar, subvertir, criticar o satirizar son y han de ser consustanciales al arte; sin embargo, queramos o no, existen límites". Dejando de lado toda la diatriba que les soltaría sobre la libertad de expresión del ser humano (sea artista o no), el error de su propio comentario me duele casi más. ¿como que el arte no puede mandar mensajes ofensivos? ¡Claro que sí! El arte tiene que ser también, como diría Kafka, el martillo que rompa nuestro corazón helado. ¿Existen límites? ¿Límites a la imaginación? (lo único que no controlan) ¿Qué pretenden que sea el arte? ¿Una simple decoración de sus templos y edificios de poder? ¿Unos detalles vistosos e inocentes para el salón de la casa?

Otra declaración del mismo tono: La Federación de Comunidades Musulmanas de Castilla-La-Mancha, Mostafa Snabi, vicepresidente, dijo a Público que "las obras de arte deben ser de arte, es decir, no meterse en política. La religión es un tema complicado que hay que cuidar como un recién nacido. Las obras de arte no pueden tener tintes políticos o religiosos". ¡¡Toma ya!! Pintemos cervatillos y palomitas. Eso sí, en armonía y paz.

Esos mismos que prohiben la risa y la música, que detestan que alguien tenga otros deseos sexuales y/o los lleve a cabo sin sentirse un pecador eterno, que ordenan el pensamiento único (el suyo), el arte único (el suyo), la mierda única (la suya), esos son los únicos que puede nhablar y prohibir (como la exposición de la Universidad de Granada). ¿Por qué yo no puedo decir lo mismo de sus diarias arengas? ¿Por qué yo no puedo retirar de sus púlpitos y minaretes a exaltados listillos que sólo desean ver al mundo arrodillado a sus pies?

Menos mal que no todos lo han tomado así. copio del periódico: "Said Ratbi, del Consejo Islámico Superior de la Comunidad Valenciana, vio la imagen de la obra de Merino en Internet y restó importancia a las críticas. "No creo que esta obra ofenda a las religiones. Si la intención del artista es mostrar el diálogo de civilizaciones, no me parece mal. No entiendo por qué la Embajada de Israel se queja, la obra ofende más a los cristianos y a los musulmanes, que soportan el peso del judío".

Por fin algo de ironía y sentido del humor, uf...

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