miércoles, 29 de octubre de 2008
jueves, 23 de octubre de 2008
Aznar y la nueva religión inquisitorial
(collage de Ubé producto de un borborrigmo incontrolado, valga la redundancia)
Aznar, defensor de ¿ateos? e industriales, frente a la sede de una maléfica orden perteneciente a la nueva RELIGIÓN INQUISITORIAL DEL CAMBIO CLIMÁTICO.
Las dos sacerdotisas de greenpeace esperan dominarle con una margarita natural y someterle a tormentos indecibles con mazorcas de maíz transgénico.
Y ahora, la noticia de El Periódico:
José María Aznar se desmarcó ayer de George Bush, cuya Administración acepta ya a estas alturas la influencia del hombre en el calentamiento global, e incluso del primo científico de Mariano Rajoy. Calificó la teoría del cambio climático de "nueva religión" de formas totalitarias, sin base científica que la sustente, que atenta directamente contra la libertad de las personas y que, en plena crisis económica mundial, supone un despilfarro inasumible. El expresidente descargó la andanada en el discurso que pronunció como presentación del libro Planeta azul (no verde), publicado en España por la Fundación FAES y escrito por otro gran cruzado del negacionismo del cambio climático, el expresidente checo Vaclav Klaus, que advierte de que lo que está en "peligro" no es el clima, "que está bien", sino la "libertad".
En el discurso, Aznar puso en duda el calentamiento, pero no se olvidó por ello de los habituales blancos de sus críticas, como los socialistas. Es más, cosió retales de aquí y de allá, de modo que, por afirmar, llegó a poner como kilómetro cero de la actual crisis económica mundial la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero a La Moncloa. "En estos tiempos de enfriamiento global de la economía internacional y de amenaza de una nueva glaciación en la economía nacional, en uno de esos ciclos econoclimáticos que se suceden cada vez que un gobierno socialista llega al poder en España, los abanderados del apocalipsis climático exigen dedicar cientos de miles de millones de euros, pero no a paliar el hambre o la pobreza; no a vacunar a la población del tercer mundo de enfermedades que allí resultan mortales; no a garantizar el acceso al agua potable o al alcantarillado en buena parte del mundo subdesarrollado".
TATARANIETOS
La meta era censurar cualquier propósito de destinar fondos a la salud del planeta --"exigen que esos recursos se destinen a causas tan científicamente cuestionables en su viabilidad como ser capaces de mantener la temperatura de la Tierra dentro de un centenar de años y resolver un problema que quizá, o quizá no, tengan nuestros tataranietos"--, pero de paso recibió el actual Gobierno español.
Aznar, en esencia, denunció que socialistas y ecologistas utilizan idénticas técnicas para imponer su ideología. Se escudan, dijo, bajo la "tapadera" de un "lema noble" para desacreditar a quien no sigue su doctrina. "Se parece más bien a una nueva religión que condena a la hoguera en la plaza pública a aquellos que osen poner en duda sus tesis, sus pronósticos o sus admoniciones. Sus fieles devotos quieren ver en la hoguera a todo aquel que, como Vaclav Klaus, discrepa de la nueva religión".
La desmesura, es evidente, impregnó el discurso de Aznar de pe a pa. Así, ya no desentonó el hecho de que el expresidente acusara a ecologistas y socialistas de pretender retroceder el reloj de la historia más de dos siglos. "A las generaciones venideras quizá les parezca divertido, y hasta sorprendente, el hecho de que, a principios del siglo XXI, el mundo desarrollado haya sucumbido al pánico a causa de un aumento global de la temperatura media en unas décimas, y que la Humanidad, basándose en una monumental exageración de inciertas previsiones virtuales, haya llegado a plantearse la vuelta al punto anterior a la era de la industrialización".
Dos apuntes finales definen muy bien el lenguaraz discurso de Aznar. Por una parte, comparó la soledad con la que Klaus y él mismo predican contra el cambio climático con la situación que en su día sufrió Galileo Galilei. Por otra, puso sobre la mesa soluciones alternativas. ¿Cuáles? Como no, la "limpia y segura" energía nuclear, siempre y cuando, puntualizó, no la gestione un gobierno de corte soviético.
En el discurso, Aznar puso en duda el calentamiento, pero no se olvidó por ello de los habituales blancos de sus críticas, como los socialistas. Es más, cosió retales de aquí y de allá, de modo que, por afirmar, llegó a poner como kilómetro cero de la actual crisis económica mundial la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero a La Moncloa. "En estos tiempos de enfriamiento global de la economía internacional y de amenaza de una nueva glaciación en la economía nacional, en uno de esos ciclos econoclimáticos que se suceden cada vez que un gobierno socialista llega al poder en España, los abanderados del apocalipsis climático exigen dedicar cientos de miles de millones de euros, pero no a paliar el hambre o la pobreza; no a vacunar a la población del tercer mundo de enfermedades que allí resultan mortales; no a garantizar el acceso al agua potable o al alcantarillado en buena parte del mundo subdesarrollado".
TATARANIETOS
La meta era censurar cualquier propósito de destinar fondos a la salud del planeta --"exigen que esos recursos se destinen a causas tan científicamente cuestionables en su viabilidad como ser capaces de mantener la temperatura de la Tierra dentro de un centenar de años y resolver un problema que quizá, o quizá no, tengan nuestros tataranietos"--, pero de paso recibió el actual Gobierno español.
Aznar, en esencia, denunció que socialistas y ecologistas utilizan idénticas técnicas para imponer su ideología. Se escudan, dijo, bajo la "tapadera" de un "lema noble" para desacreditar a quien no sigue su doctrina. "Se parece más bien a una nueva religión que condena a la hoguera en la plaza pública a aquellos que osen poner en duda sus tesis, sus pronósticos o sus admoniciones. Sus fieles devotos quieren ver en la hoguera a todo aquel que, como Vaclav Klaus, discrepa de la nueva religión".
La desmesura, es evidente, impregnó el discurso de Aznar de pe a pa. Así, ya no desentonó el hecho de que el expresidente acusara a ecologistas y socialistas de pretender retroceder el reloj de la historia más de dos siglos. "A las generaciones venideras quizá les parezca divertido, y hasta sorprendente, el hecho de que, a principios del siglo XXI, el mundo desarrollado haya sucumbido al pánico a causa de un aumento global de la temperatura media en unas décimas, y que la Humanidad, basándose en una monumental exageración de inciertas previsiones virtuales, haya llegado a plantearse la vuelta al punto anterior a la era de la industrialización".
Dos apuntes finales definen muy bien el lenguaraz discurso de Aznar. Por una parte, comparó la soledad con la que Klaus y él mismo predican contra el cambio climático con la situación que en su día sufrió Galileo Galilei. Por otra, puso sobre la mesa soluciones alternativas. ¿Cuáles? Como no, la "limpia y segura" energía nuclear, siempre y cuando, puntualizó, no la gestione un gobierno de corte soviético.
miércoles, 22 de octubre de 2008
lunes, 20 de octubre de 2008
Las barbas de mi madre
Séptima entrega del relato "Las barbas de mi madre", de Angélica Morales, ilustrada por el señoriiiiiiiiiiito Ubé. No se la pierdan.
miércoles, 15 de octubre de 2008
miércoles, 8 de octubre de 2008
Suscribirse a:
Entradas (Atom)