La Virgen castigando al niño Jesús ante tres testigos,
de Max Ernst (1926)
de Max Ernst (1926)
Segundo cuadro que ingresa en la Pinacoteca invisible del Faro de Leuret. Tras el cuadro de Turner, entramos en otro siglo tempestuoso de la mano del dadaista y surrealista Ernst, Max Ernst (Brühl, 1891 - París, 1976).
Alemán nacionalizado francés, fue un experimentador infatigable (como dicta la wikipedia y a la que en esta ocasión doy la razón), no hay más que ver sus invenciones en técnicas como el "frottage" o el "grattage". Y, además, es que el cuadro de la Virgen azotando al niño siempre me ha encantado. La iconografía mariológica y cristiana recoge siempre los mismos temas, pero no puede olvidar que, como se intuye leventemente en los evangelios, Jesús fue un niño como cualquier otro y, por lo tanto... tuvo que ser educado adecuadamente y con los medios de la época. ¿Qué habría hecho Jesús para recibir este castigo ejemplar? Eso es pura ruptura, brutal reflexión sobre la temática establecida y académica. Dios azotado por una fémina, aunque sea su madre, lo cual no deja de ser un lío teológico de padre y muy señor mío. Como pequeño guiño irónico, la corona de Jesús yace en el suelo mientras la madre inicia la tunda (el divino pompis aún no está enrojecido así que no debe llevar muchos golpes el zagal)
Blasfemia, herejía, fetichismo... los prejuicios cristianos son criticados sin piedad desde dentro, con sus propias imágenes. Enlaza con el Cristo carcajeante de Buñuel, en cuya película "La Edad de Oro", el propio Ernst trabajó como actor. Los testigos del azote son, por cierto, André Breton, Paul Eluard y el mismo artista. Muy influenciados por Freud y el psicoanálisis, en los que la azotaina al niño el origen de las psicopatías; por lo tanto y para los surrealistas, el cristianismo es una psicopatía fundada por un psicópata.
Alemán nacionalizado francés, fue un experimentador infatigable (como dicta la wikipedia y a la que en esta ocasión doy la razón), no hay más que ver sus invenciones en técnicas como el "frottage" o el "grattage". Y, además, es que el cuadro de la Virgen azotando al niño siempre me ha encantado. La iconografía mariológica y cristiana recoge siempre los mismos temas, pero no puede olvidar que, como se intuye leventemente en los evangelios, Jesús fue un niño como cualquier otro y, por lo tanto... tuvo que ser educado adecuadamente y con los medios de la época. ¿Qué habría hecho Jesús para recibir este castigo ejemplar? Eso es pura ruptura, brutal reflexión sobre la temática establecida y académica. Dios azotado por una fémina, aunque sea su madre, lo cual no deja de ser un lío teológico de padre y muy señor mío. Como pequeño guiño irónico, la corona de Jesús yace en el suelo mientras la madre inicia la tunda (el divino pompis aún no está enrojecido así que no debe llevar muchos golpes el zagal)
Blasfemia, herejía, fetichismo... los prejuicios cristianos son criticados sin piedad desde dentro, con sus propias imágenes. Enlaza con el Cristo carcajeante de Buñuel, en cuya película "La Edad de Oro", el propio Ernst trabajó como actor. Los testigos del azote son, por cierto, André Breton, Paul Eluard y el mismo artista. Muy influenciados por Freud y el psicoanálisis, en los que la azotaina al niño el origen de las psicopatías; por lo tanto y para los surrealistas, el cristianismo es una psicopatía fundada por un psicópata.