Don Rafael Villalón, catedrático de la Universidad de Barxeta, dio unas conferencias entre Pinto y Valdemoro junto a nuestro querido profesor Galimatías Prats. El alma intelectual de este Faro Anárquico, Sibarita y Burgués (mal que le pese) nos ha dejado una muestra del saber enciclopédico de don Rafael, que además de dominar la cultura pop, sabe cultivar unos tomates de toma pan y moja:
CAPITONÉ Y "ESKAY"
Por Rafael Villalón
Valga este sentido homenaje al tapizado Capitoné…y, ¿por qué no? …al “eskay”… ¿quién no se ha sentado en un sofá de estos?…¿o de aquellos?
Por esas siestas en las que perdías peso gratis y sin darte apenas cuenta, gracias a la eliminación de grasas provocada por la sudoración producida en los sofás con este tapizado… nada de cremas reductoras ni fajas Redumodel… una buena siesta y punto pelota.
Porque te dejabas literalmente la piel al levantarte si lo hacías muy rápido, produciendo ese ruido tan espectacular al “despegarte”…¡¡rassssssssss!!…se oía incluso desde la cocina con el extractor en marcha.
Por los buenos ratos pasados intentando arrancar los botoncitos del sofá, dale que te pego con la uñita…
Porque conservaban el calor de un culo incluso al cuarto de hora de haberse levantado (o despegado). Me río yo de los edredones y las mantas térmicas.
Porque se hacía viejo, pero no perdía el brillo ni a tiros…una pasadita de Superwin, el del avión, y como nuevo, y si se rajaba…se hacía un apaño con esparadrapo y tan ricamente. La frase “no pongas los pies en el sofá, no existía…ni aun estando calzados.
Porque utilizabas el sofá muchísimos años, luego se lo dabas a tu vecina, y ésta, al tiempo, se lo daba a una prima que después de usarlo una infinidad, se lo acababa dando a una hermana para el chalet, y al mismo tiempo, ya te estaba dando a tí alguien otro tresillo porque se mudaba y le habían dado otro más nuevo…
Ni que decir tiene cuando el capitoné de eskay se usaba para tapizar los asientos del coche…el cinturón de seguridad era totalmente inútil…total…iba uno pegado literalmente al asiento…y encima perdiendo kilos…
Por estas, y otras muchas cosas más…¡larga vida al Capitoné!
