"Donde quiera que se esté bien, allí está la patria." (Cicerón)
Isla metálica y principado... ¡en venta!
Curiosa noticia que he podido leer hoy en la metené. No olviden que el velero Leuret, aunque vetusto, tiene las más altas tecnologías del momento. Incluso tenemos remos. Pues eso, que hoy aparece la noticia en los periódicos sobre la venta de Sealand, una plataforma construida en la Segunda Guerra Mundial a 10 km de la costa de Suffolk, en el Reino Unido en las coordenadas 51° 53′ 40″ N 1° 28′ 57″ E, que al estar fuera de las aguas jurisdiccionales británicas pudo ser comprada por un curioso propietario de una cadena de radio . El tipo se autoproclamó príncipe del territorio marino (ante el vacío legal de las leyes internacionales sobre el tema) y ahora tiene bandera, moneda y fiestas propias. La plataforma estaba bastante deteriorada y han hecho grandes esfuerzos para repararla. En su momento atacaron a la Royal Navy con un rifle y tuvieron hasta un golpe de estado con una guerra no declarada (¿o sí?) a Holanda y Alemania. Incluso en España se ha notado la presencia de Sealand con una trama de falsificación de pasaportes y tráfico de armas. Cosas veredes.
A lo que vamos. Ahora la venden. Mi estado monetario no permite excesos pero... ¿Quién puede resistirse a una oferta así? Podríamos competir con el Reino de Redonda y hacerle la puñeta a Javier Marías. Llamaré por radio a mi administrador en Vanderville y ya veremos lo que me dice ese muchacho de cincuenta abriles.
Por lo demás, la navegación por el Atlántico está siendo más tranquila de lo que me gustaría. No hemos tenido aún ni una mala tormenta para contemplar extasiados en el ocaso del día. En los periódicos leo y releo con placer la noticia sobre el estreno de la nueva película de Eastwood sobre la batalla de Iwojima ("Banderas de nuestros padres"), una clara denuncia de la guerra y sus falsos valores propugnados desde los gobiernos, sean cual sean y sea cual sea la época histórica. Habrá otra película sobre la misma batalla vista desde el lado japonés rodada también por Eastwood. Desde luego, esto ya no es habitual en estos tiempos de miedo y mercantilismo fatuo.
Y ya para terminar, que tengo que limpiar la sentina (el grumete Sebastián tiene el sueño pesado y prefiero dejarlo descansar), un recuerdo y mis felicitaciones para Michael Perham que, con 14 años, se ha convertido en el navegante en solitario más joven en atravesar el Atlántico.
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