No todo va a ser tinto de verano este verano. Las cosas han cambiado mucho en poco tiempo, casi sin darnos cuenta. Ya no nos rebelamos ante la opresión de empresarios sin escrúpulos, políticos corruptos y medios de comunicación para la amnesia de las masas. Os dejo este pequeño artículo de Antonio Rico que lo ejemplifica:
"¿Qué tiene en común matar fascistas y vender coches? Que ambas cosas, al parecer, pueden hacerse con la guitarra de Woody Guthrie".
Woody Guthrie es el autor norteamericano de música folk más importante de la historia. La crisis económica que sufrió EE.UU. durante los años 30 le llevó a vagabundear a lo largo de todo el país compartiendo caminos polvorientos, trabajos mal pagados y trenes de carga con los miles y miles de desplazados que buscaban empleos y dignidad en la América de entreguerras. Empezó a escribir en periódicos de izquierdas y a colaborar activamente con los sindicatos que defendían los escasos derechos con los que contaba la clase obrera norteamericana. A lo largo de casi treinta años compuso cientos de canciones concretas, luminosas y comprensibles que registró en grabaciones ocasionales y desordenadas; canciones que trataban sobre la justicia y la belleza, que conseguían que al público le entraran ganas de unirse y resolver sus problemas, tocadas en una guitarra en la que había escrito una frase ya legendaria: "Esta máquina mata fascistas". Todos, todos los grandes sin excepción, -Joan Baez, Bruce Springsteen, Steve Earle, Pete Seeger, Roger McGuinn-, le han reconocido como el maestro iniciador de casi todo. Enfermo de Huntington, pasó sus últimos años interno en un hospital de Nueva York recibiendo las visitas de sus amigos; entre ellos, un chaval de Minnesota que había abandonado su ciudad natal para conocer a Guthrie tras leer su autobiografía "Bound for glory" y que empezaba a hacerse llamar Bob Dylan.
Y ahora esa guitarra que mataba fascistas se puede oír en el spot del Audi Q5. Woody entretenía a los hijos de los obreros durante los mítines inventándose canciones infantiles como esta "Car song" del anuncio. Setenta años más tarde, de nuevo en crisis pero en otro planeta irreconocible en el que todo el potencial revolucionario de la música ha quedado neutralizado por la publicidad, Audi utiliza su canción para vender coches a los nietos de aquellos empresarios.»
"¿Qué tiene en común matar fascistas y vender coches? Que ambas cosas, al parecer, pueden hacerse con la guitarra de Woody Guthrie".
Woody Guthrie es el autor norteamericano de música folk más importante de la historia. La crisis económica que sufrió EE.UU. durante los años 30 le llevó a vagabundear a lo largo de todo el país compartiendo caminos polvorientos, trabajos mal pagados y trenes de carga con los miles y miles de desplazados que buscaban empleos y dignidad en la América de entreguerras. Empezó a escribir en periódicos de izquierdas y a colaborar activamente con los sindicatos que defendían los escasos derechos con los que contaba la clase obrera norteamericana. A lo largo de casi treinta años compuso cientos de canciones concretas, luminosas y comprensibles que registró en grabaciones ocasionales y desordenadas; canciones que trataban sobre la justicia y la belleza, que conseguían que al público le entraran ganas de unirse y resolver sus problemas, tocadas en una guitarra en la que había escrito una frase ya legendaria: "Esta máquina mata fascistas". Todos, todos los grandes sin excepción, -Joan Baez, Bruce Springsteen, Steve Earle, Pete Seeger, Roger McGuinn-, le han reconocido como el maestro iniciador de casi todo. Enfermo de Huntington, pasó sus últimos años interno en un hospital de Nueva York recibiendo las visitas de sus amigos; entre ellos, un chaval de Minnesota que había abandonado su ciudad natal para conocer a Guthrie tras leer su autobiografía "Bound for glory" y que empezaba a hacerse llamar Bob Dylan.
Y ahora esa guitarra que mataba fascistas se puede oír en el spot del Audi Q5. Woody entretenía a los hijos de los obreros durante los mítines inventándose canciones infantiles como esta "Car song" del anuncio. Setenta años más tarde, de nuevo en crisis pero en otro planeta irreconocible en el que todo el potencial revolucionario de la música ha quedado neutralizado por la publicidad, Audi utiliza su canción para vender coches a los nietos de aquellos empresarios.»
Artículo de Antonio Rico en "625 ranas"
http://www.antoniorico.es
¡Qué bueno..! Hay días que a mí tambíén me dan ganas.
ResponderEliminarSalud
Lo mismo pensé yo, pero si ponen "Walk in the wild side" de Lou Reed en ElCorteInglés de música de fondo, dará igual que dará lo mismo.
ResponderEliminarJajaja
ResponderEliminarque retorcida es la vida!!!
Saludos!!!