Cardados estelares

El ubícuo profesor Galimatías Prats ha logrado que su colega, Don Rafael Villalón nos permita copiar las notas del discurso que dará en el Paraninfo de la Universitat de Barxeta con motivo de la solemne entrega de su Doctorado Honoris Causa el próximo mes de diciembre. En este caso, su estudio sobre el cardado y la personalidad estelar no tiene precio (lo conseguimos gratis). Les dejamos con él:

He aquí un recorrido por los cardados más fascinantes de nuestro mundo. Faltan muchos, pero a mí estos siempre me han dejado “ashtonished”.

Fabiola de Bélgica luce toda su vida el mismo gongo, hecho a molde. Si ves su sombra, es una menina. Es un cardado levantado y acabado en el cuello con dos volutas jónicas; una obra de arte sin parangón …y toda la laca del Benelux. Solo puede llevar collares de broche, de los que se colocan por la cabeza, ni hablar!

Rocío Jurado, La más grande, y uno de los cardados más grandes de Europa y ultramar. Si amanece y ves que se ha bajado…cárdame, cárdame, caaaárdame!!

La entrañable Yootha Joyce, más conocida como Sra. Ropper, siempre con su pelo bien puesto, con unas ondulaciones de vértigo, y al modo “tapaorejas”. Y es que en Londres hace frío…

Pedro Almodóvar. Comentan que ya va teniendo problemas para subir a los taxis. Le encanta el efecto “puntas disparadas”. Su cardado tiene la misma cualidad que los suéters de lana floja: crece con los años y nunca se le queda pequeño…

No podía faltar Tina Turner en la selección. Esta gran cantante, a la que parece que constantemente le estén pisando un pie, por su rostro siempre compungido de dolor, luce un cardado de los que van limpiando las marquesinas por la parte de abajo. Hay quien afirma que es peluca, pero yo creo que es una alfombra.

Dolly Parton, también conocida en España como La Loli Partos, siempre con su pelazo a cuestas, la pobre. En esta imagen de ángulo cenital, se le ve hasta la partida de nacimiento. Actualmente trabaja en un teatro de sombras chinescas, y hace de árbol.

Nuestra querida nube de algodón, la Duquesa de Alba, por donde pasa, la despeina el viento. No sé si al final pudieron pasarle la medalla por la cabeza, pero me encanta esta foto… es como un miembro más de AC/DC. Tiene la gran suerte de poder viajar en coche con todas las ventanillas bajadas, rollo Born to be wild, y ni se le nota. Total, está despeinada por defecto…

Morgan Fairchild, la mujer más recauchutada de América. Su pelo es como el triángulo de las Bermudas: cepillo que usa, cepillo que desaparece. A saber los cepillos que lleva por ahí dentro la tía. Esta es la típica que estás hablando con ella, estornuda, y se le caen 2 cepillos y 3 peines del pelo…

Liz Taylor, gran actriz, pero su pelo es como una masa informe y descontrolada donde anidan las aves cual coto de Doñana, todo el día espantando garzas y tórtolas, pobrecillas… Ellas no saben distinguir la cabeza de Liz Taylor de un campanario castellano…

Jane Wyman, o Ángela Channing… ¡qué mala!! Lucía siempre un cardado hecho a modo de hilatura del cotonificio, como una manta morellana, y siempre con unas cortinillas hechas de pelo sobre su frente, también tejidas a ganchillo. Su tacto debía ser como el de un carnero irlandés…

Isabel Tocino, la política más cardada de España. Podríamos decir que se peina hacia adelante, hacia atras, y hacia los lados, ¿no? También podríamos decir que no se peina.

Sara Montiel…Saritíssima, con un nido de cuervos en la cabeza, además de un tinte discreto y un maquillaje muy, muy fino y acertado. Es como que se peina con las uñas, ¿no? ¿O quizá con una hélice de barco? Como es manchega, igual lo hace con ruedas de molino…

Iva Zannicchi, una gran señora de la canción italiana. Hay que ver el mamotreto que lleva en la cabeza esta mujer… ¡qué pelazo! Es una cosa descomunal. Es como el coloso en llamas, pero sin llamas… Que aprendan Foster y Calatrava lo que es una obra de ingeniería…

Pitita…un cardado marianísimo. No hay ni un solo cabello fuera del sitio. Su pelo es como una masa de pan o un roscón de reyes, listo para hornear… Otra que duerme sin almohada. Los pendientes parabólicos hay que ver cómo le favorecen, pero van a conseguir que sus lóbulos le lleguen a los hombros…

Joan Collins… o ¡Collons, qué mata de pelo! esta mujer despeinada tiene que dar miedo. Me imagino yo con ese pelo y lavándome la cabeza, y se me representa una imagen del Mar de los Sárgazos…

Y por último Diana Ross, el cardado por excelencia… justo del tamaño de un váter de avión. No me extraña que digan que ella sola llena el escenario. Se te pone esta mujer en el asiento de delante en el cine, y vamos… ya has visto la película. Pero como decía el refrán… más vale tener que desear.