Lo de anoche fue estupendo. Lo teníamos todo preparado en el velero Leuret. Pero al final me dejaron solo de nuevo. No me desanimé. Utilicé todo lo que mis compañeros de viaje dejaron. Música perfecta (un Wagner desmelenado), cava sin acabar, comida ligera (no pude pillarla), más bebidas espiritosas, somnolencia, pérdida de memoria... Y al abrir los ojos esta mañana veo...
Amigo, juegue usted este año a la primitiva porque creo que es su año de suerte.
ResponderEliminarEn cualquier caso le saco un defecto... a ese mueble bar, por más que me he fijado no me ha parecido ver ni un solo botijo, ni tan si quiera un diminuto porrón.
¿beberá usted a gollete?
¡¡Feliz año para usted también y, desde luego felicísmos botijos!!
Un abrazo.
Por cierto, espero verle a usted el día 14 de los corrientes.