¡Qué gusto da empezar la semana diciendo cosas así! Le ponen a uno en su sitio y a los demás en su fantasía dictatorial. Y eso que con el cambio de hora parece que llegue a todo con retraso. Hasta la tormenta de hoy en el cabo se hace de rogar. Lo de Dios viene a cuento del papa Ratzinger, que pretende ahora unir a las grandes religiones monoteístas (las más crueles y violentas de la historia de la humanidad) para acabar con "esa vida pública en la que se actúa como si Dios no existiera" Ojalá. Aunque Dios existe para esos millones de no practicantes que simplemente son nihilistas a los que les entra el miedo cuando su vida depende de ello. Debemos luchar contra la teología de reconquista que pretende este papa (Paolo Flores d'Arcais).
Según este papa y el anterior (que pese a tanto viaje y caras bonitas en televisión era un reaccionario católico de tomo y lomo) la ilustración nos llevó al nihilismo y de allí a los totalitarismos. Falla el primer axioma. No fue la ilustración sino la religión la que nos ha llevado al nihilismo (al arruinar toda esperanza de autoformación racional a través de la filosofía y la ciencia) y de éste al aprovechamiento de los dictadores por el totalitarismo, con regímenes tan castrantes como los que organizan las propias religiones. Como ateo puedo convivir (si el Estado fuera realmente laico) con cristianos, judíos, musulmanes, budistas... pero, salvo estos últimos, los demás no conviven con el resto sino que intentan en todo momento que todos acabemos siendo sus correligionarios (nunca mejor empleada esta palabra).
El papa defiende la "ley natural", naturalmente es una ley que sigue los principios cristianos, no los de la ciencia ni los de la razón. Los principios de libertad individual y derechos civiles se ven amenazados por esa ley natural cristiana, musulmana, judía, etc. ya que sólo aceptan lo que cuadra a su credo. Y encima, en Occidente, todo se le pone de cara al tener esa sensación fría de miedo al Islam. Parece decirnos: "Mira a lo que nos ha llevado tu ilustración y tu ateísmo, a que los otros se crezcan y terminen matándonos. Únete a la fe cristiana e iniciemos de nuevo la cruzada". Siempre han sido muy listos estos líderes de las religiones del libro. En cuanto peligra su base se busca un enemigo exterior (normalmente el otro enemigo religioso) y la unión hace olvidar sus pies de barro frente a la razón.
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