El hombre invisible ha regresado al faro de Leuret dejando la vida pasar para sus productores, Ubé y Galimatías Prats. Soy así y cuando quiero me encierro en mi faro y me instalo en las nubes. Y de nubes quiere ir el primer artículo del año. Mi afición apasionada por las tormentas está muy relacionada con mi placer en ver pasar las nubes, disfrutar de sus formas, colores, alturas y consistencias. Además, estoy enamorado de La Reina de las Nubes ("Soy la Reina de las Nubes, cuando quieras... subes"). No puedo negar que mi relación con ellas es necesariamente vital.
Existe una "Sociedad de Apreciación de las nubes", fundada por Gavin Pretor-Pinney, cuyo libro "Guía del observador de nubes" (Salamandra), fue ya un éxito de ventas en Reino Unido. En la página de la Sociedad hay gran cantidad de fotos de nubes y nos cuentan numerosas curiosidades sobre ellas, como las nubes color madreperla, las glorias matutinas, las virgas (con "i", mal pensados), los altocúmulos lenticulares...
Existe una "Sociedad de Apreciación de las nubes", fundada por Gavin Pretor-Pinney, cuyo libro "Guía del observador de nubes" (Salamandra), fue ya un éxito de ventas en Reino Unido. En la página de la Sociedad hay gran cantidad de fotos de nubes y nos cuentan numerosas curiosidades sobre ellas, como las nubes color madreperla, las glorias matutinas, las virgas (con "i", mal pensados), los altocúmulos lenticulares...
Os dejo algunas de las apreciaciones de Pretor-Pinney que fueron publicadas la edición digital de El País:
"Las nubes son el arte abstracto de la naturaleza", sostiene Pretor-Pinney, que ha ido a recalar en Barcelona -la vida es cruel- en medio de un persistente anticiclón que ha dejado el cielo despojado de sus amigas. ¿Por qué esa obsesión con las nubes? "Son injustamente menospreciadas, poco valoradas, cuando constituyen la parte más poética de la naturaleza, uno de sus espectáculos más maravillosos. Son igualitarias: todo el mundo puede verlas. Cambian continuamente. Tiene personalidad: los cúmulos son alegres; los estratos, depresivos; los cumulonimbos, apasionados, enérgicos, peligrosos; los cirros, delicados, gentiles. Están llenas de interesantes contradicciones: tapan el sol pero a la vez rebosan de belleza con él cuando se pone, pueden resultar claustrofóbicas cuando son bajas e imagen de la libertad cuando cruzan el cielo en las alturas...".
Publicación perfecta para una persona ke como yo suele andar en las nubes.
ResponderEliminarSiempre me gustó mirarlas y buscar sus formas.
Manías, ya sabes.
Un besiño.
Olga.