Hoy votamos en la Universidad de Zaragoza por el nuevo Jefe Supremo que ha de llevarnos (de la mano o a garrotazos) al famoso "Nuevo Espacio Europeo de Educación Superior". Los votos del personal de administración y servicios (PAS), entre los que se encuentra este humilde bibliotecario, tienen menos valor que una casa en venta hoy en día. Os copio el comunicado de uno de los grupos representantes del PAS (LA ALGARA) para que veáis que en la Universidad la democracia nos la tomanos (pongan voz de "La Voz", o sea, Sinatra) "a mi maneraaaaaaaaaaaaa":
Anacronismo universitario
Podría pasar: este rector, u otro en el futuro, podría salir elegido con menos votos que su adversario. Es la consecuencia de un sistema electoral que eufemísticamente se define como "sufragio universal ponderado", aunque mejor debiera decirse sufragio desigual (o democracia estamental, u oligarquía maquillada,?) Lo explicamos: de un censo total de más de 36.000 votantes, 1.620 (los profesores doctores permanentes) atesoran el 53% de los votos, convertidos en una especie de latifundistas electorales. Aunque nos consta que buena parte de ellos no están de acuerdo en ese papel que la ley les marca. En el resto, condenados al minifundio democrático, también hay diferencias, pues otros estamentos (los profesores "de menor alcurnia", personal de administración y servicios y estudiantes) - se reparten el resto de forma desigual. Evidentemente se trata de un anacronismo de tufillo clasista, herencia de otros tiempos, que afecta a todas las universidades por tener su origen en la LOU, ley aprobada por el PP, reformada por el PSOE, y no cuestionada por los rectores. Al menos que sepamos.
Parece pues que el "talante" se acabó antes de llegar a legislar sobre la universidad.
Parece pues que el "talante" se acabó antes de llegar a legislar sobre la universidad.
¿Y qué justifica esto? Pues realmente pensamos que nada, salvo la voluntad de algunos sectores de no perder el control de la institución.
¿Qué hace a una persona distinta de otra en derechos? Se puede discutir si ha de haber diferencia en función de si la vinculación a la universidad es permanente o no; pega que siempre se nos pone en relación a los estudiantes cuando planteamos esta cuestión. Pero ¿y en el resto? Para los más elitistas diremos que hay gente tan lista en uno como en otro sector, y hasta tan formada, y, por supuesto, que aporta tanto a esta casa, sea PAS o docente. ¿Por qué el voto del director de la Biblioteca Universitaria, la más grande de Aragón, ha de valer menos que la de un profe de biblioteconomía? ¿Y por qué la de una profesora de inglés del Centro de Lenguas Modernas, que es PAS por elección, ha de valer nada al lado de su colega que enseña esa lengua en la Facultad de Educación? ¿Por qué vale tan poco el de la jefa de prensa, y tanto el del que enseña comunicación? ¿Qué pasa con el responsable de informática frente a su antiguo compa de clase que da introducción a la idem? Y, señores López, Navarro, o Pétriz ¿pueden explicarnos por qué su voto vale muchísimo más que el de cualquiera que trabaja en una conserjería?
¿Qué hace a una persona distinta de otra en derechos? Se puede discutir si ha de haber diferencia en función de si la vinculación a la universidad es permanente o no; pega que siempre se nos pone en relación a los estudiantes cuando planteamos esta cuestión. Pero ¿y en el resto? Para los más elitistas diremos que hay gente tan lista en uno como en otro sector, y hasta tan formada, y, por supuesto, que aporta tanto a esta casa, sea PAS o docente. ¿Por qué el voto del director de la Biblioteca Universitaria, la más grande de Aragón, ha de valer menos que la de un profe de biblioteconomía? ¿Y por qué la de una profesora de inglés del Centro de Lenguas Modernas, que es PAS por elección, ha de valer nada al lado de su colega que enseña esa lengua en la Facultad de Educación? ¿Por qué vale tan poco el de la jefa de prensa, y tanto el del que enseña comunicación? ¿Qué pasa con el responsable de informática frente a su antiguo compa de clase que da introducción a la idem? Y, señores López, Navarro, o Pétriz ¿pueden explicarnos por qué su voto vale muchísimo más que el de cualquiera que trabaja en una conserjería?
La universidad que debe innovar y abrir camino a la sociedad estará imposibilitada para hacerlo si se queda tan tan lejos de la sensibilidad social en aspectos tan básicos como la democracia. Y si aún hay quien se cree de una casta superior no debiera tener cabida en una universidad que aspira a servir a una sociedad que queremos abierta, plural e igualitaria. Resolver esto ha de ser tarea en la que debe implicarse el rector electo -escribimos estas notas sin que se haya votado todavía-. ¿O tendrá que surgir un movimiento por los derechos civiles dentro de tan sabia institución?
Algunas consideraciones sobre las críticas a nuestra nota.
ResponderEliminarEn primer lugar, valorar como positivo el debate que se ha abierto
sobre este asunto. Debate que por cierto ha propiciado La Algara, aún
con el riesgo de que nos acusen de demagogos.
1.Decir que ?la singularidad (de elegir a nuestro jefe) proviene del
principio de libertad de cátedra, que deposita en el cuerpo docente la
responsabilidad de gestionar y dirigir?, suena a que el poder emana de
dios y le ha sido conferido a la élite para que dirija los destinos
del vulgo. Es decir, lo que ellos llaman ?el resto?, ?empleos
necesarios, pero auxiliares?. No suena muy democrático ciertamente?
¿Realmente en eso consiste la libertad de cátedra? ¿No se trata del
derecho a enseñar e investigar en libertad?
2. ?La sociedad, que financia la Universidad nos ha conferido el
privilegio de elegir nuestro jefe. Ese privilegio tan singular debe
ser utilizado en una forma responsable.
De lo que se deduce que, como ese privilegio tan singular debe ser
utilizado de una forma responsable, ha de ser ejercido por aquellos
que tienen la categoría moral de seres responsables, los docentes. El
resto, seres imperfectos y en ese sentido irresponsables, deben ser
apartados de esas tareas directivas.
3. Nadie va a poner en duda la valía académica de los citados, pero al
argumento se le puede dar la vuelta fácilmente. ¿Quién no ha conocido
a egregios catedráticos defensores de las teorías académicas más
peregrinas, cuando no claramente acientíficas o incluso
antidemocráticas? Existir existen, y no son pocos. ¿Qué tal un
Aquilino Polaino de rector?...
Probablemente las mentes más brillantes y destacadas van a estar
enfrascadas en sus tareas de investigación y poco dadas a dedicarse a
tareas de gestión que ni conocen ni tienen por qué.
4. De acuerdo, en que algo hemos avanzado. Pero parece un avance
claramente insuficiente.
5. Quién conoce el funcionamiento de la Institución, sabe
perfectamente que el grado de implicación de una inmensa mayoría de
los docentes en el devenir cotidiano de la casa, es muy escaso, por no
decir nulo. Para empezar porque ni siquiera cumplen su jornada
laboral. Así que siguiendo con la ?demagogia?, no parece muy adecuado
otorgar la tarea de dirigir una institución a un colectivo que hace
dejación de sus responsabilidades laborales?
6. El principio de un hombre, una mujer, un voto tiene legitimidad en
todas las esferas de la vida. Lo demás son sucedáneos más o menos
impresentables de la democracia.
En conclusión, este debate se parece aquellos que a hace tantos años
se ocupaban sobre el derecho de las mujeres, o los negros a
participar activamente y en igualdad de condiciones, en la vida
democrática de sus sociedades, a través de algo tan elemental como es
el derecho a decidir.
Saludos
Pedro Bosque