Ante la recurrente pregunta "¿Cuál es tu animal preferido?", puede que alguno se sorprendiera al decirles que es EL VENCEJO. Quizás sea porque me traen el sonido de la primavera, por su velocidad y piruetas aéreas, pero lo más probable es porque he tenido varios de ellos en mis manos y eso marca mucho. Supongo que la mayoría sabe que los vencejos pasan la mayor parte de su vida en el aire (comen en el aire, duermen en el aire, copulan en el aire...) y por eso les es muy difícil adaptarse a lo terrenal (quizás ese es otro de sus detalles que me atrae más). Cuando caen en un patio de luces no tienen suficiente espacio para elevarse y pueden morir si no lo consiguen, lo que suele pasar a menudo, especialmente entre los jóvenes y los más ancianos. A veces oía ruidos extraños en el patio de luces de mi casa de Leuret y ya sabía que alguno había caido en él. Bajaba rápidamente y llegaba el momento difícil de la captura. Cuando lo tienes en tus manos sientes su poderosa fuerza en ese pequeño cuerpo, ves sus profundos ojos negros observándote como si no fueras de este mundo, dudando de todo, con terror.
Luego subía a toda velocidad para devolverlos al aire desde la terraza. Allí me quedaba intentanto seguirlo con la mirada todo el tiempo posible. Me parecía que, en una especie de agradecimiento, permanecía un rato danto vueltas cerca hasta que finalmente huía por los laberintos de los tejados.
Curiosidades: en los que pude rescatar observé que tienen como un parásito alrecedor del cuello, una especie de araña que viaja con ellos y que les debe desparasitar o, que a lo mejor les chupa la sangre. No lo sé, no he visto nada en lo publicado sobre ellos.
No hay nada mejor que contemplar sus vuelos increibles, oir sus terribles gritos. Algunos los comparan con los delfines del aire. Yo prefiero no comparlos con nadie. Son vencejos. Nada más y nada menos. Cada año anoto en mis libretas la fecha en que veo el primero de ellos. Es la señal de que la mejor época del año ya ha comenzado.
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