lunes, 26 de febrero de 2007

¡Prohibido, prohibido y requeteprohibido!

Eran otros tiempos, y en esos años alguno de los mejores placeres aún se podían disfrutar en los vuelos transoceánicos. Vean aquí a Sylvia Kristel (Emmanuelle... ¿1? ¿2? ¿45?) deleitándose en pleno vuelo por culpa del calorcito del sol que entra por la ventanilla, con un cigarrito, (no smoking!, le digo), un poco de onanismo (¿mande? ¿lo qué?) y la lectura de un libro (¡¡agggg!!, eso sí que no, lo demás pase pero leer está prohibidísimo, señorita)

Por cierto, ¿de dónde ha salido este niño? ¡Socorro! ¡Nos invade el barroco!



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